Seguramente R. Gerhard y F. Mendelssohn comparten pocos elementos aparte de haber escrito dos tríos con piano. El hecho de juntar estas dos obras responde al interés por difundir en nuestro territorio lo que consideramos uno de los mejores compositores catalanes de todos los tiempos y celebrar su cumpleaños con una obra de juventud hecha a imagen y semejanza del Trío de Ravel. Este interés por lo que se hacía en París (en un período anterior) donde Chopin y Liszt encandilaban con su virtuosismo romántico también hizo que Mendelssohn aconsejado por su amigo y compositor Ferdinand Hiller dotara en su obra para trío de estos elementos. Así pues, vamos del perfume impresionista francés de un compositor catalán a la influencia del virtuosismo que se dejaba sentir en el París del s. XIX del compositor de Hamburgo.