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La rosa de los vientos conecta el norte y el sur, el este y el oeste, recupera canciones antiguas y nos cuenta historias que nos encantan de nuevo, alejándose por un instante de la grisura de la vida diaria.

La rosa de los vientos

  • La rosa de los vientos que se encuentra en las cartas náuticas antiguas tiene algo de intrigante y sin embargo misterioso. Parece que nos diga "sígueme y te enseñaré las maravillas de este mundo ..."

    Si eres joven, te estás delante, mirándote-la, lleno de curiosidad, soñando y con sed de aventura. El único que deseas en ese momento es embarcarte al primer barco que pase y navegar por los siete mares. Navegar es un símbolo de gran libertad, de unión con los elementos y las mareas naturales de la energía. Tal como la música: a veces, no se hace camino y parece que no nos movamos del mismo lugar hasta que, una vez más, el viento llena las velas y el barco se desliza ágilmente por las olas con la fácil ligereza de una canción, invitándonos a ir a la deriva. Más tarde, las estrellas aparecen en la noche clara, todo picante hacernos un ojo. Su claridad fulgurante ha iluminado a muchas generaciones de marineros el camino hacia un puerto seguro y los brazos de quienes los esperaban en casa. Las estrellas dan gran consuelo en momentos de soledad. Despiertan dentro de nosotros una sensación de añoranza del universo que nos ha hecho.

    Hirundo Maris lleva nuestra rosa de los vientos de norte a sur, de este a oeste, simbolizando los cuatro grandes puntos cardinales musicales explorados por el conjunto: música antigua, música tradicional, composiciones propias e improvisación libre. Estas cuatro fuentes de inspiración conectan y abrazan el pasado y el presente. La música y la poesía nos permiten sentir como los humanos, a través de las culturas y de los siglos, han querido, soñado, reído y llorado juntos. Bien hecha, la música se convierte en intemporal. Nuestra música y poesía viajan a través del mar, con sus islas y sus fiordos, pero transmiten mucho más que lo que el ojo humano es capaz de ver. También reflejan nuestras experiencias interiores, los vientos que soplan en el fondo de nuestras almas ya través de nuestras vidas, llevándose nos en muchas direcciones diferentes. Una y otra vez, buscamos puertos seguros para sentirnos queridos y guarecidos, dejando los fuertes vientos de la vida lejos. La rosa de los vientos conecta el norte y el sur, el este y el oeste, recupera canciones antiguas y nos cuenta historias que nos encantan de nuevo, alejándose por un instante de la grisura de la vida diaria.

    El gran periplo ya puede comenzar. Os deseamos un buen viaje a todos! Que Eolo os sea propicio con sus vientos. Quitad anclas!

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